¡El hombre mas feliz!

Despues de 30 años, aquella niña, a la cual le robé un beso en mi graduación de primaria, se me concede volver a verla este fin the semana. Todo los rincones de mi alma se llenan de alegría al saber que el sueño de mi vida esta por realizarse.

Si me muero mañana, me muero muy feliz porque desde que la conoci en la ahula de aquella escuela estatal sabia que era para mi. Crecí junto a ella desde el tercer grado y los besos infantiles me dejo encantado jugando a los encantados. Hoy, me llamo y me dijo que ella haria lo que yo quisiera y entre las palabras sin decirlo supe que hay una chispa de amor por mi. Ultimamente cuando me habla hay un alegria en su voz que me lleva a un mundo donde no hay tiempo. Parece que cada latido de mi corazón dice su nombre "Martha...Martha...Martha"

Ella sabe que la amo porque le he escrito carta tras carta que creia que estaban lloviendo cartas, si, de esas de papel porque ella no tiene internet, porque no sabe nada de computadoras y aunque duran 20 dias para llegarle, le dicen lo que siento. Me importa un comino que digan que amor de lejos es para pendejos. Como dice la canción que oyí en el blogg de Trenzas, la distancia es como el viento, apaga los fuegos pequeños pero enciende los grandes.

Durante esos años lejos de ella, las novias que tenia, cosa extraña, se parecian a ella, ya fuera los ojos, el pelo, los labios, la voz, la nariz, el relampago de un enojo porque me gustaba como me gritaba "Yaaaa caaallateeee!" cuando le cantaba canciones locas que inventaba cuando con el pretesto de estar a su lado hiba a rentar cuentos de Memin Penguin, Kaliman, Juan sin Miedo, Santos con su mamá. Confienso no se los pagaba todos porque perdia cuenta del tiempo y los cuentos.

Si hay un cielo quisiera que fuera asi, Martha y yo en la plaza con las estrellas.

Estoy feliz porque ella es feliz.