Tuesday, December 07, 2010

Un helada



Se me hizo facil ir a pasar una noche en una tienda de campaña. Tantos era los dias que habia dormido en el campo bajo las estrellas, pero eran mas los dias que habian pasado desde la ultima vez que lo habia echo. Que tan frio puede estar si cae una helada y yo estoy en mi tienda de campaña adentro de una bolsa de dormir? Al caer la noche la fogata bailaba con calor y despues de que la mayoria de todos los compañeros se fueran a dormir me fue a dar la ronda por las fogatas conociendo aquellos que querian explorar la noche en un circulo de tambores alrededor del fuego. Unas mujeres se pusieron a bailar al ritmo del incandecente y vino no falto.
Al estar cercas del fuego pense que una helada seria imposible ahora porque habia demasiada alegria. Una atrevida me intento dar un hijo, se quito el morral que llebaba y me lo quizo dar, cual rechaze, sorprendido de que dentro de el estaba un bebe. No le importo mi rechazo, dio la vuelta y lo colgo en la nunca del primer hombre que se le apronto y abrocharon el acuerdo con besos prolongados. Con una sonrisa pense "de la que me libre" y me dio risa cuando le dijo que su esposo estaba alli. Me aleje asi mi tienda para acostarme pero era demasiado tarde mis pies ya se habian enfriado y asi no puedo dormir. Volvi atizar la fogata para calentar los pies sin mucho exito. Intente volver a circulo de tambores pero solo quedaban los locos que se estaban desnudando como si fuera pleno verano. Cuando la luna estaba a medio cielo volvi a mi tienda pero fue inutil cancilar el sueño. Logre que la fogata creciera me tape con la cobija de lana pero aun asi no pude abatir el frio que sentia en los pies. Tome una copa de licor y dormite un poco. Serian las cuatro cuando una neblina blanca flotaba sobre todo lo que estaba cercas del suelo. La luna y las estrellas aluzaban todo y de pronto la neblina blanca se hizo negra y se convirtio en hielo. Primera vez que mire el preciso momento en que el hielo se formo al aire libre.
Las punzadas en los pies eran cada vez peor y yo no entendia porque me estaba torturando por gusto. Bien podria echar a andar el carro y dormir adentro con el calenton prendido pero no lo hize. De seguro se me helaron unas neuronas y ya no podia pensar. Cuando salio el sol sabia que hiba a sobrevivir. Pero no vuelvo hacer esto por gusto.

1 comment:

Espaciolandesa said...

Dicen que no hay mal tiempo sino mala ropa.

Así que para la próxima prepárate mejor y no te desanimes :)